José Joaquín León - DIARIO DE SEVILLA - Domingo 3 de junio de 2007
UNA de las notas destacadas de las últimas elecciones municipales en Andalucía ha sido el enésimo fracaso del andalucismo. No es la primera vez que pasa, pues tanto el PA como el PSA están acostumbrados a fallar. Esta vez ha sido de las más llamativas, porque el PA no ha conseguido concejales en ninguna de las ocho capitales andaluzas y se ha quedado sin representación en Sevilla, donde incluso había tenido a Luis Uruñuela y Alejandro Rojas-Marcos como alcaldes. Y el PSA no estará en el gobierno municipal en Jerez, donde Pacheco se va después de 28 años.
UNA de las notas destacadas de las últimas elecciones municipales en Andalucía ha sido el enésimo fracaso del andalucismo. No es la primera vez que pasa, pues tanto el PA como el PSA están acostumbrados a fallar. Esta vez ha sido de las más llamativas, porque el PA no ha conseguido concejales en ninguna de las ocho capitales andaluzas y se ha quedado sin representación en Sevilla, donde incluso había tenido a Luis Uruñuela y Alejandro Rojas-Marcos como alcaldes. Y el PSA no estará en el gobierno municipal en Jerez, donde Pacheco se va después de 28 años.
Para el andalucismo el fracaso ha estado más en la calidad de lo perdido. El PA ha conseguido 235.201 votos en Andalucía y ha ganado en 24 municipios (en 17 con mayoría absoluta). Los andalucistas han funcionado mejor en cabeceras de comarca, y han obtenido ayuntamientos como Utrera (Sevilla), Ronda (Málaga) o Vera (Almería), mientras que pueden conseguir las alcaldías de San Fernando y Ubrique (Cádiz), entre otras, mediante pactos con el PP. El PSA ha logrado 48.730 votos y ha ganado en sólo dos municipios andaluces.
Un dato poco aireado es que si los andalucistas del PA y el PSA hubieran ido unidos a las elecciones en Sevilla hubieran conseguido el concejal del honor con el 5,21 por ciento. Aunque pocos y mal avenidos, esa división es uno de los grandes problemas históricos que ha llevado al andalucismo a su ruina. Se originó por el enfrentamiento entre los partidarios de Rojas-Marcos y los de Pacheco, pero hoy ya no tiene lógica alguna, considerando que el ex líder del PA se retiró de la política activa y el ex alcalde de Jerez está en ello.
La revitalización del andalucismo en un solo partido, unido, fuerte y con las ideas claras, es una asignatura pendiente de la política andaluza desde hace muchos años. Misión difícil porque ya no quedan teóricos como José Aumente, ni prácticos, como los Rojas-Marcos, Uruñuela, Arredonda y Pacheco de los primeros tiempos. Necesitarían nuevos líderes, que no son fáciles de fabricar sin apenas poder, peleados, y con pocos medios.
Mientras no exista un partido andalucista fuerte, en Andalucía no habrá opción real de cambio. El ejemplo de Sevilla vale: ha ganado el PP en número de votos, pero el PSOE recurre a IU de muleta cuando lo necesita, mientras los populares no tienen socio. Para que el PP gobierne en Andalucía necesitaría más votos que la suma de PSOE e IU, y eso pasa por tener a un nuevo PA fortalecido como socio o por el trasvase directo de decenas de miles de votantes socialistas, algo improbable en un plazo de 20 años, hasta que cambien las generaciones. La ruina del andalucismo es la eternidad para Chaves.
1 comentario:
Es incomprensible que en territorios más "atrasados" que el nuestro en términos de conciencia nacional, como Canarias, Aragón y yo añadiría incluso a Galicia, los partidos nacionalistas hayan avanzado en votantes, penetración social,organización y presencia en las instituciones y en la vida pública, en tanto, que en nuestra Andalucía haya retrocedido. Las causas son muchas y variadas, qué duda cabe, pero lo que es indudable es que aquella conciencia de identidad y aquél entusiasmo de los prolegómenos de nuestra autonomía siguen existiendo. Tenemos que encontrar las claves y tenemos que retomar el camino. Entre otras muchas estrategias bien estará el empezar a llamar a las cosas por su nombre, el proclamar SIN PUDOR los principios andalucistas. Si los propios dirigentes del partido y sus cargos y sus bases reprimimos recatadamente el divulgar el andalucismo, ¿qué podemos esperar que piense y que haga el andaluz de a pie?.
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