Fuente: ABC de Sevilla
Autor: Mar Correa
-Ultimamente se coloca usted en lugares en los que tiene la crítica asegurada, ¿lo hace para provocar y no pasar al olvido?
-No lo hago por una cosa ni por otra. Admito que en un momento de mi vida me he dedicado a provocar y en otros francamente he querido que no me olviden, pero ahora mismo me gustaría que me olvidaran. Pero si alguien me llama o me pide colaboración o un pronunciamiento, digo lo que pienso y en la más absoluta de las libertades. Si eso provoca críticas, de verdad me da mucha pena.
-¿Dudó cuando el PP le propuso participar en el acto de los 25 años de las primeras elecciones andaluzas sabiendo las reacciones que tendrían su presencia y sus palabras?
-Alguien me hizo notar que me estaba buscando otro follón, y contesté que yo nunca he buscado el sitio cómodo. Y respondí que sí al PP, que iría a la mesa redonda para decir lo que me diera la gana. Fue entonces cuando empecé a recibir llamadas que me decían: «¡ah! ¿pero vas a ir?», entre la duda y lo que yo entendí como una crítica, entonces fue cuando me dije: ahora sí que voy.
-Paradójicamente se ha criticado más su presencia en un acto organizado por el PP que lo que dijo en él...
-Lo cual me demuestra que estamos en un régimen que quiere totalizar todo y definir lo que es correcto y lo incorrecto, pero además con una doble moral y con hipocresía. Vamos, es digno de la época victoriana...
-Dijo en aquellas jornadas que estos 25 años de gobierno socialista han adormecido a la sociedad ¿Cómo cree que se puede despertar?
-Hay una zona de la sociedad bastante despierta y otra zona que quedó adormecida, pero es la que puede decidir opciones de gobierno. ¿Cómo se puede despertar? Encendiendo algunos faros más en la política andaluza que sirvan de puntos de referencia. Hoy día si criticas al régimen y dices que la única referencia, fuerte o posible, es el PP, te pueden decir que estás trabajando para los populares. Por eso hay que crear polos. En un momento uno de estos polos fue Izquierda Unida, pero hoy no es una referencia, y lo digo con dolor, sino un anexo al régimen, con comportamientos, respuestas y tics propios de regimencillo. Por eso hay que abrir nuevas zonas. Me preocupa, por ejemplo, que a los 25 años de autonomía, cuando estamos más necesitados que nadie de la defensa clara de unos intereses no egoistas de Andalucía, el Partido Andalucista esté al borde de la desaparición. Eso es muy alarmante en un momento en el que vemos que determinadas fuerzas políticas nacionalistas arrancan al Gobierno de Madrid mayores porcentajes de inversión para Cataluña, Galicia, Baleares o Canarias. Y aquí nuestro PA está a punto de irse al garete, cuando yo siempre he defendido que hay un espacio y una necesidad de un andalucismo de izquierdas, que en su día dieron buenos resultados como se comprobó en la IU de Julio Anguita o en la IU de Rejón.
-Chaves le criticó por ofender a los andaluces al decir que están adormecidos, considerando un insulto a los andaluces lo que era un ataque a él mismo¿A qué le sonaron estas críticas?
-Me sonaron a régimen totalizante, no totalitario. Creen que ellos son todo, la esencia de Andalucía. Un día de éstos se suben ellos mismos a los altares
-¿Qué ha sido de esta comunidad tras 25 años continuados de gobierno socialista?
-Lo que fue como una esperanza en el año 82 nos ha llevado a una gran frustración. Los gobernantes, ya sea en Madrid o Andalucía, sean del PSOE o del PP, han aceptado para esta comunidad un modelo muy subsidario. Y aquí nadie ha protestado, se ha aceptado ese papel, y lo que es peor, se ha aceptado de manera hipócrita, porque ellos insisten en que estamos en la vanguardia, que somos el ombligo del mundo, y nos han hecho perder mucho tiempo. Tengo miedo de los próximos diez años en la economía andaluza, porque puede haber un despertar terrible. Cada día nos alejamos más de la media española y la media europea, a pesar de que crecemos más porcentualmente, pero es una mentira matemática porque somos más pobres que nadie. Aquí no hay un modelo económico. Se va a salto de mata porque hay dinero de fondos europeos o de unos presupuestos millonarios que permiten mucho arreglo coyuntural, pero no se genera una economía en escala. Se habla de la crisis de los partidos, pero también hay crisis en el PSOE, hay sectores muy importantes entre los socialistas que están cansados del modelo de Chaves, del dejar pasar o del que aquí no pasa nada. A ver si lo echan, porque a Chaves se le ha acabado ya su tiempo.
-Los ataques de IU, la que fue su formación, salieron de quien siempre fue su aliada, Concha Caballero, ¿le dolió? ¿No echó de menos otras voces críticas de IU?
-Me consta que hubo un Consejo de IU en el que hacían apuestas de cual iba a ser mi hoja de ruta para ir al PP, cosa que no se va a producir. Yo creía que IU tenía cosas más importantes de las que discutir. Lo de Concha Caballero sí me dolió bastante. Cuando me llamaron para responder a sus declaraciones me tuvo que morder la lengua para no caer en lo mismo en lo que ella había caído: en el ataque personal.
-Mantiene una relación muy especial con la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, ¿Qué le ha dicho de su participación en el acto del PP?
-Bueno, eso entra en el terreno de lo privado. Sí puedo decir que mi relación con Rosa Aguilar son de una tremenda amistad y una gran confianza y siempre se ha portado como lo que es: una gran señora.
-¿Qué crítica duele más?
-Los improperios me dan risa, como he dicho, me duelen más las críticas de Concha Caballero porque podía haber cogido el teléfono y decirme lo que fuera. Pero como creo que en ese momento estaba haciendo méritos ante no sé quien, pues guardé silencio y punto. Pero que llamen «aquelarre» a la jornada del PP o que consideren un «esperpento» mi participación, me provoca risa.
-¿No cree que ha decepcionado a un sector de izquierdas que aún creía en usted?
-No quiero que nadie crea en mí porque no me considero ningún salvador de nada. Pero si hay un sector al que le gustaba mi forma de hacer y entender la política, sigo teniendo con ellos una relación magnífica. Yo sigo viendo casi todas las semanas a Julio Anguita y nunca he tenido un reproche de él. No, no siento haber defraudado a nadie, sobre todo porque siempre procuré enseñar a la gente que había que pensar con la cabeza y que había que ser libre
-Si le dieran a elegir ¿dónde le gustaría estar, políticamente hablando?
-En la Izquierda Unida de Julio Anguita
-Ha sido parlamentario andaluz durante 16 años ¿cómo ve ahora en la distancia la labor de la Cámara andaluza?
-Ya dije una vez la opinión que tenía de la Cámara andaluza y, como consecuencia de ello no me han invitado al acto de conmemoración de los 25 años del Parlamento andaluz, aunque tampoco hubiera ido.
-Recuérdeme qué es aquello que dijo que sentó mal
-Dije que yo en el Parlamento andaluz hacía una faena de aliño porque no había nivel
-¿Sigue pensando lo mismo?
-Hay parlamentarios con nivel, por supuesto; pero insisto: quien marca los ritmos ha introducido un velo mortecino porque lo que quiere es que la gente duerma, que no plantee demandas. Cuando escucho a Chaves decir que el Gobierno andaluz no va a cuantificar la «deuda histórica» porque entonces la oposición va a pedir el doble, me llevo las manos a la cabeza, eso no lo dice ni un aprendiz de politiquillo de un pueblo de Guadalajara, México. ¿Es serio ese planteamiento del presidente de la Junta? Cuando pasa este tipo de cosas y la gente no se le echa al cuello es que han conseguido efectivamente adormecer también al Parlamento.
-¿Alberga alguna confianza en que Zapatero pague la deuda histórica a Andalucía?
-Con el texto sobre la deuda histórica que había en el Estatuto anterior el Estado siempre hubiera sido deudor con Andalucía. Lo primero que hace el PSOE en el nuevo Estatuto es que la deuda histórica se acabe, que desaparezca en el momento en que se abone. Pero el tema no es que lo paguen, sino que pasados cinco años se analicen las inversiones reales del Estado en Andalucía. Si se han mantenido al alza en los Presupuestos y además el Estado paga una cantidad importante como deuda histórica, que se dedica a los objetivos por el que fue creado este criterio, entonces diré que está pagada. Mientras seguiremos como estamos.
-¿El PSOE gana por méritos propios o deméritos del PP?
-Ambas cosas: méritos propios y deméritos del PP. El problema del PP es que en el mundo rural tienen una referencia nada atractiva, le falta organización. El PSOE tiene una maquinaria perfectamente engrasada en diputaciones, mancomunidades, ayuntamientos..., son los que están mejor organizados y los que controlan mejor cada rincón de la sociedad. Y el PP no se mueve de las capitales, donde tienen equipos magníficos, pero no hacen pueblos.
-¿Cree que una profunda renovación en el liderazgo de los partidos animaría el escenario político y la participación de los ciudadanos?
-No. Las direcciones de los partidos no son la causa, son la consecuencia de la partitocracia, que ya está cayendo en una gerontocracia, no lo digo por la edad de los personajes, sino por los años que llevan en los cargos. La fuerte crisis que padece el sistema partitocrático español no se resuelve con un cambio de liderazgo, sino cambiando muchas leyes que permitan una participación mayor y más real de la sociedad civil, y cambiando muchos modelos. Andalucía necesita más que nadie esa lluvia fina democrática, porque es la que está dando mayores muestras de cansancio.
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